Desde hace ya algunos meses siento curiosidad por todos los temas espirituales sobre los que recibo información. ¿Quién me iba a decir, cuando empecé el curso de PNL, que iba a adentrarme en un mundo totalmente desconocido y encriptado para mí? La PNL, a parte de un impagable descubrimiento, ha sido la puerta que me ha llevado a picar de otros temas igualmente interesantes; temas que, en nombre de la ciencia, se denostan y desprecian a veces, como la astrología sin ir más lejos.
También la medicina alternativa y las terapias naturales sufren constantemente un descrédito científico que, en mi opinión, representa un cierre mental en el que la humanidad, si no toma conciencia de su poder y sus posibilidades, se quedará estancada. Entre estas prácticas milenarias se encuentra el Reiki, y de ella os voy a hablar hoy.
No soy una experta en la materia, pero entre mis planes a corto plazo está el entrenarme para avanzar en ella. Estoy en contacto con un centro que imparte cursos de formación en Reiki, y quizá empiece uno próximamente. Si finalmente lo hago, os contaré mis primeras impresiones de este método.
El Reiki trata de lograr la sanación o el equilibrio del paciente a través de la imposición de las manos del practicante, canalizando una energía universal.
Los siete chackras
El Reiki se basa en el axioma de que hay una energía universal que ciertas personas pueden transmitir a otras para curar o mejorar dolencias o enfermedades. Se basa en una creencia hindú según la cual un buen estado de salud viene determinado por el fluir armónico de la energía vital a través de los chackras, que son los principales centros energéticos de nuestro cuerpo. El bloqueo de la energía en uno de estos puntos empeora la salud de la persona.
El practicante de Reiki busca desbloquear el chackra obturado para que la energía circule libre y correctamente.
Los diferentes niveles del Reiki
Para aprender Reiki sólo se necesitan dos cosas: una, el deseo de hacerlo y una mente abierta para aprenderlo; dos, encontrar un profesor calificado listo para enseñar. (Frank Arjava Pette)
Si decides aprender Reiki, debe saber que escalarás diferentes grados hasta alcanzar la Maestría. Los primeros, Shoden y Chuden, nos sirven para sanar nuestro cuerpo físico y el nivel emocional y mental. El siguiente, Okuden, nos permite sanar el karma y las cuestiones espirituales. Finalmente, la Maestría o Shinpiden, que se compone asimismo de tres escalones, nos da la potestad de enseñar esta disciplina a otras personas.
Para quien necesite pruebas de que el Reiki no es una seudociencia o un método propio de curanderos: en algunos hospitales españoles se usa como terapia complementaria, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera una opción de apoyo para enfermos de SIDA. En los servicios públicos de sanidad de Reino Unido y Estados Unidos se informa sobre el Reiki a sus pacientes y se les ofrece.
Conocí laProgramación Neurolingüística hace poco más de un año. Bueno, en realidad eso no es del todo cierto. La primera vez que oí sobre la Programación Neurolingüística (PNL) fue hace unos diez años, cuando mi madre se apuntó a un curso que le ocupaba un fin de semana al mes y en el que, según me dijo, iba a aprender técnicas de hipnosis (algo que, para mí en esa época, sonaba fascinante, y que ahora he podido corroborar que lo es). Ella quedó impresionada con la formación y, cuando me hice más mayor, me recomendó encarecidamente que yo también la siguiera. Actualmente estoy cursando el segundo curso de PNL (el primero fue el Practitioner; éste, el Master) en l'Escola de Vida, con la fantástica profesora María Clavel.
Siempre aconsejaré a cualquier persona los cursos de PNL o, al menos, la lectura de libros que desarrollen sus enseñanzas. De hecho, si yo fuera ministra de educación ordenaría la creación de una asignatura en el colegio o en el instituto que se dedicara a enseñar PNL. Si el primer curso ya me ayudó a crecer personalmente y a cambiar mi visión del mundo que me rodea, el segundo está suponiendo para mí una auténtica revelación. La PNL es un arte que aglutina muchísimas vertientes de la vida: la comunicación, la educación, la autoestima... y la vida misma. La PNL enseña a vivir conscientemente y con excelencia.
¿Y qué es la PNL?
La PNL puede definirse de múltiples maneras. Esta descripción lo hace muy adecuadamente:
La PNL es el estudio de la estructura de la experiencia subjetiva.
¿Qué quiere decir eso? Voy a explicarlo por fases. Empezaré diciéndoos que la PNL se asienta sobre algunas presuposiciones que describen cómo nos comunicamos y nos capacitan para practicar el modelo de comunicación penelístico. Algunas de las presuposiciones son éstas:
La naturaleza del universo es el cambio.
Nuestras conductas siempre tienen una intención positiva.
Las personas siempre realizan la mejor elección posible en el momento de su decisión y para ello se basan en los recursos entonces disponibles.
El mapa no es el territorio. Nuestra representación interna del mundo no es el mundo mismo, sino únicamente una representación reducida. Actuamos basándonos no en lo que nos ocurre, sino en nuestra percepción de lo que nos ocurre. Cada persona desarrolla su propio mapa a partir de lo que interpreta de lo que sucede.
No hay hechos, sólo interpretaciones. (Nietzsche)
No existe nada bueno ni malo intrínsecamente, es el pensamiento el que lo hace tal.
Es imposible no comunicarse.
El 93% de la comunicación es no verbal.
Nos comunicamos desde dos niveles: consciente e inconsciente.
La resistencia del otro para comprendernos indica nuestra inflexibilidad como comunicadores. La flexibilidad es indispensable para sentirse seguro en las relaciones.
Cada uno está a cargo de su mente y, por tanto, de sus resultados.
La experiencia subjetiva de la que hablaba antes es la percepción que cada uno de nosotros tiene del mundo. La PNL ayuda a quien la practica a ampliar su visión del mundo, a aumentar sus niveles de percepción y a establecer más conexiones neuronales que faciliten el pensamiento y la agilidad mental.
Un mapa no es el territorio que representa, pero cuanto más rica y correcta sea esta representación su estructura se asemejará más al territorio y éste nos mostrará más opciones para movernos en él. (Alfred Korzybski)
Asimismo, la PNL estudia la estructura del lenguaje y la manera en que lo utilizamos para comunicarnos con los demás y con nosotros mismos. Para ello utiliza herramientas como el metamodelo del lenguaje (del que hablaré en posteriores entradas) y las submodalidades, que son maneras preferidas por los hablantes para comunicarse y que dan información sobre qué canal perceptivo explotan más: el visual, el auditivo o el cinestésico.
Para entender mejor las diferentes funciones de la PNL, dividiré el término en sus partes y adjuntaré sus respectivas explicaciones:
Programación: se refiere a nuestros hábitos y pautas de comportamiento. Nuestros programas se configuran por patrones de pensamiento y conducta en los que influyen nuestras creencias y valores. Dependiendo de nuestros programas obtendremos unos u otros resultados. La PNL reprograma nuestra mente para alcanzar el éxito en cualquier objetivo que nos propongamos.
Neuro: hace referencia a nuestra neurología, a nuestros sentidos y a la forma en la que los utilizamos. La PNL propone un incremento de la conciencia sobre nuestro sistema neurológico para que podamos gestionar mejor la manera en que la información del territorio llega a nosotros y queda archivada en nuestra memoria.
Lingüística:la forma en que utilizamos el lenguaje es muy importante, más de lo que podamos creer a veces. La PNL se centra en gran medida en aumentar la conciencia sobre las palabras que empleamos para describir nuestra experiencia subjetiva. Además, observando el lenguaje de las personas podemos obtener información muy valiosa sobre sus procesos de pensamiento y sobre sus creencias, valores y comportamientos habituales.
Los fallos de la comunicación suelen producirse porque las palabras tienen distintos significados para las distintas personas.
Aunque la PNL es una disciplina que lleva desarrollándose casi cuarenta años, ha sido en los últimos cuando ha adquirido mayor reconocimiento y prestigio. Un curso de PNL en el currículum supone un valor añadido a cualquier carrera. Las empresas contratan a formadores de PNL para aumentar el rendimiento de sus empleados y dotarles de herramientas más eficaces de comunicación. Y, sobre todo, muchísimas personas interesadas en el desarrollo personal acuden a la PNL para mejorar sus habilidades sociales, comunicativas, financieras... y de todo tipo.
La PNL te hace consciente de que eres el responsable de TODO lo que sucede en tu vida. Ésta es una información que mucha gente preferiría no saber, ya que en cuanto saben esto la queja y el echar la culpa a los demás deja de tener sentido. Sin embargo, con el tiempo es liberador: significa que dispones de todas las herramientas para cambiar, porque no dependes de circunstancias externas. Tú eres quien evalúa, gestiona y soluciona cualquier situación, y ya que lo vas a hacer de todas formas, ¿por qué no conscientemente?
Son tus decisiones, y no tus circunstancias, las que determinan tu propio destino. (Anthony Robbins)
Para acabar, un vídeo que ayuda a comprender un poco más qué es esto de la PNL (apunto que no estoy del todo de acuerdo con lo que dice Elvira García, la protagonista del documento, sobre que la PNL es un "sistema terapéutico": no es sólo eso).
Iré escribiendo más sobre PNL, porque sé que es un modelo magnífico para guiar nuestras vidas y mantenernos en el camino de la mejora constante. Además, es muy divertida y útil y, aprendiéndola, puedes conseguir que la vida sea una aventura y un descubrimiento continuo.