dijous, 11 de novembre del 2010

La respiración para alcanzar la conciencia

Los que hayáis leído la primera entrada de este bitácora quizá os hayáis quedado con las ganas de profundizar un poco más en los caminos que llevan a la conciencia. Seguidamente explicaré algunas de las tácticas que a mí me sirven para conectarme, poco a poco, con mi interior.

Osho, gran maestro espiritual indio
El primer paso que te conviene dar si has decidido aumentar la conciencia en tu vida es, ni más ni menos, reconocer que eres inconsciente, o, como dice Osho, que estás "dormido": Si uno se convence de que está verdaderamente despierto, entonces ya no tene sentido hacer ningún esfuerzo por despertar.

A lo mejor piensas que no estás dormido, así que voy a demostrarte que lo estás. Para que lo veas claro, piensa en un episodio rutinario, como por ejemplo los minutos que empleas en caminar de tu casa a la universidad o a tu lugar de trabajo. ¿Cómo concibes ese trayecto, como un fin en sí mismo o solamente como un medio? Seguramente sólo quieres alcanzar tu destino, y te preocupas porque estás llegando tarde o porque no te ha quedado más remedio que caminar al haber perdido el autobús. Al verlo como un medio inevitable y necesario para llegar a algún lugar, te pierdes todo lo que ese camino te está ofreciendo. El paisaje, la gente con la que te cruzas, los sonidos de la ciudad, el aire fresco... y lo que es más grave: te pierdes a ti mismo. Porque ¿cuántas veces, en esos paseos, te has aislado de tu conciencia colocando unos auriculares en tus oídos? No quieres estar contigo: no quieres estar solo. Como cuando no hay nadie más en casa y enciendes el televisor para sentirte acompañado y no encontrarte cara a cara contigo mismo.

La conciencia exige un encuentro contigo mismo. Necesita que todos tus sentidos vayan en la misma dirección. Necesita que, hagas lo que hagas, valores esa actividad en sí misma y no como un paso insalvable para conseguir un objetivo mayor.

Tu camino de vida deja de ser una aventura y se reduce a una necesidad obsesiva de llegar. (Eckhart Tolle)

Te propongo un ejercicio, el primero tanto de esta entrada como del bitácora. Ahora que estamos en época de mandarinas, aprovecha cuando bajes a la frutería y compra unas cuantas para almorzar o merendar. Acomódate en una estancia en la que estés seguro de que nadie va a interrumpirte. Coloca las mandarinas delante de ti y coge la primera. Con tus manos, nota la textura rugosa de su piel; tu nariz se concentra en el aroma dulce y ácido del cítrico; tus ojos se fijan en su color naranja moteado. Ahora comienza a pelarla, y sé consciente de cada movimiento que hacen tus dedos para ello. Llévate a la boca el primer gajo, e imagina cómo cada una de sus células explota en tu paladar. Permanece atento durante todo el proceso. Come conscientemente.

Cuando hayas acabado, pregúntate en qué ha mejorado tu experiencia del comer mientras practicabas el ejercicio. ¿Has notado más intensamente la gama de sabores del alimento? ¿Te has sentido más conectado con tu cuerpo? ¿Te has sabido responsable de cada una de tus extremidades, de tus órganos y de tus sentidos?

Es posible que nunca hayas prestado tanta atención a una actividad. También es posible que, durante esta práctica, tu mente se haya escapado del momento presente en varias ocasiones. No te preocupes, no te culpes: has vivido durante años de forma inconsciente, y todavía necesitas acostumbrarte a una nueva forma de funcionar. Lo más importante es que, si has decidido despertar, no desistas: persevera. Cuando descubras a tu mente viajando por cualquier otra esfera que no sea en la que te encuentras en el momento presente, tráela al aquí y ahora. Educa y doma a tu mente.

El primer paso hacia la conciencia es prestarle mucha atención a tu cuerpo. (Osho)

La manera más sencilla para comenzar a vislumbrar la conciencia y la más recomendada por los maestros que ya lo han conseguido es la concentración en el propio cuerpo. La herramienta más poderosa para conectarnos con nuestro yo físico es la respiración. Al centrarnos en nuestra respiración dirigimos toda la atención hacia nosotros mismos. La respiración nos une a la fuente primaria de la vida, porque sin respirar no podríamos vivir. Respirar conscientemente sirve para energetizarnos a la vez que para relajarnos. Cuando somos conscientes de la respiración, las cargas desaparecen y los pensamientos se diluyen. Con tanta actividad mental nos olvidamos de respirar.

Si entiendes el inglés, puedes iniciarte en la respiración consciente con el siguiente vídeo. Siéntate cómodamente o túmbate, cierra los ojos, relájate y disfruta.



¿Recuerdas el primer ejemplo que puse sobre tu inconsciencia, sobre tu estado de somnolencia actual? Sí, el de caminar hacia la universidad enfocándote solamente en el llegar. Pues bien, también puedes aprovechar esos momentos para establecer un vínculo cada vez más resistente entre tu yo presente y tu conciencia eterna. Te propongo el ejercicio de caminar de manera consciente:

"Caminar ofrece una maravillosa oportunidad para disfrutar de algunos momentos de sencilla conciencia-en-movimiento. Tómate algún tiempo para caminar.
Fíjate en cómo estás caminando -velocidad, ritmo, etc.-. ¿Dónde sitúas tu atención habitualmente cuando caminas, en problemas internos o externos? ¿Cómo utilizas tu cuerpo? Tal vez necesites ralentizar un poco el paso, a fin de conseguir que tu atención se centre más en tu cuerpo, al tiempo que sigues presente en el mundo que te rodea. Fíjate en si sientes tensión en cualquier parte de tu cuerpo al caminar. Adquiere el deseo y la intención de expulsar la tensión. Deja que tu cuerpo se ajuste a sí mismo. Juega un poco con tu caminar, exagera el contoneo de tus caderas, el balanceo de tus hombros, etc. Permite que tu cuerpo encuentre un ritmo y una manera de caminar tan sólo un poco más elegante y menos forzada de lo habitual; camina con economía, facilidad y sensualidad.
Sé consciente del sentido de la armonía y el equilibrio, a medida que tu cuerpo va haciéndose cargo de la relación entre la atracción de la tierra hacia sí por medio de la gravedad y el sólido soporte que te ofrece para que mantengas tu cuerpo y tu cabeza apuntando hacia el cielo.
Mientras continúas andando observa dónde decae tu atención. Fíjate en cómo tu atención pasa de una cosa a otra. Distingue el punto de transición en el que tu atención pasa de un objeto a otro. Si te das cuenta de que te has distraído, vuelve al caminar consciente, al estar en el cuerpo, al disfrute del proceso por sí mismo, al descanso y la respiración, al deleite en lo que ves, oyes, sientes y hueles." (Peter Wrycza, "Darse cuenta")

Otra muy buena manera de comenzar a fusionarnos con nuestro interior es practicar la respiración consciente cuando mantenemos una conversación con alguien. Céntrate en tu respiración tanto cuando la otra persona se dirige a ti como cuando tú te diriges a ella. Para facilitarte la jugada te vendrá bien buscar una postura cómoda y relajada que elimine cualquier tensión de tu cuerpo. Lo más práctico para explorar el recurso de la respiración en la interacción con otras personas es comenzar con conversaciones cortas, de tres a cinco minutos. Elige a alguien y, si quieres, adviértele del experimento que vas a realizar. Durante ese período de tiempo mantente atento a tu respiración y, a la vez, intenta captar la del otro. Nota el aire que exhalas mientras hablas y el que inhalas cuando callas. Observa cómo mejora la comunicación y cómo entiendes mejor el mensaje que la otra persona te quiere transmitir. Respirar conscientemente, además de conectarte contigo mismo, te conecta con el otro, crea un contexto de empatía y acompañamiento.

Hay una circulación común, una respiración común. Todas las cosas están relacionadas. (Hipócrates)

Adquirir el hábito de la respiración consciente es cuestión de práctica. Una vez integrado, pasa a formar parte de nuestras competencias inconscientes: sale solo. Así, estamos más cerca de alcanzar la conciencia plena.

Así que ya sabes, ¡a practicar!

1 comentari:

  1. Esto de la respiración me ha interesado mucho. Te pido que lo amplíes con información práctica; por ejemplo algún video en castellano, tablas de ejercicios o, en última instancia, referencias de libros que sean útiles. Parece ser que llevamos toda la vida respirando y no lo sabemos hacer bien. Vaya tela!

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